LA VIDA EN LA PIEL
La vida de Adèle (2013)
Tras los Oscars, mucha gente me pregunta, supongo que porque hago cine de vez en cuando, cual es mi película favorita del año que pasa. Dividía mi respuesta entre dos películas muy diferentes: Gravity de A. Cuarón y El lobo de Wall Street de Scorsese.
Sin llegar a entusiasmarme ninguna de ellas, el inmenso talento de ambos directores era suficiente para comerse con patatas al resto de cine que había visto hasta entonces.
Pues bien, sorprendentemente vi la mejor película del 2013 hace unos pocos días. Una película aparentemente sencilla, sin engaños ni trucos. Una película que retrata la verdad de una forma honesta, pura, mostrando sentimientos a flor de piel, y eso amig@ es muy difícil, pero tan gratificante de ver en pantalla...
A mi favor reconozco que La vida de Adèle es el tipo de cine que me encanta, el que me gusta hacer: un cine de personajes, de actores y actrices. Disfrutándola he descubierto un pedazo de actriz como es Adèle Exarchopoulos, una que conocía de oídas, Léa Seydoux, y un director valiente, intenso, Abdellatif Kechiche.
Esta película retrata en 180 minutos la intensa y devastadora vida sexual de una chica de barrio. Adèle, la protagonista de esta historia, no es tan distinta a cualquiera de nosotros, sin embargo, al final, la sensación que te queda es que empieza y termina la película completamente vacía. Una sensación ciertamente desconcertante para el espectador, que confía en que va a resolver sus dudas emocionales en algún momento. No es así. La piel siente de un modo diferente, a veces incluso de la forma más contradictoria y dolorosa posible.
Hay dos cosas que me fascinan de esta película; la primera es, obviamente, las soberbias interpretaciones de ambas protagonistas. Y aunque en ocasiones creo que se muestra más de lo que necesito para entender la historia, hablo de los encuentros abiertamente sexuales entre ellas, el resultado sigue siendo impresionante. La segunda es que, durante todo el metraje, se mantiene viva en mi la imperiosa necesidad de saber qué suerte correrá esta chica a lo largo éste, su viaje, algo que me ha pasado en contadas ocasiones viendo cine.
El plano final no es otro que la culminación de algo que es una verdad universal: la vida continúa, paso a paso, capítulo a capítulo, en este caso el uno y el dos.
A colofón de este, mi primer post, aprovecho para presentaros nuestro cortometraje A los que gritan, una pelicula de siete minutos sobre el descubrimiento y la tolerancia. ¡Disfrutarlo!.